Vivo cada día como si fuera la primera vez.

Ese instante en el que te veo, y mis pupilas se dilatan, como cuando estamos a oscuras, para definir tus detalles, para verte mejor. Y, como si de aquella primera vez que te recogía se tratara, me tiembla todo mientras te espero mirándote venir hacia mi, justo después pronuncio un 'hola' antes de que se me quiebre la voz y te recojo entre mis brazos, abrazándote con fuerza. Se me pasan mil cosas por la cabeza que te diría, no sé, quizá lo preciosa que estás, como siempre, como el primer día, aunque siento decir que no es así, cada día estás más preciosa y más sorprendente. Y te miro y vuelvo a descubrir un nuevo sabor en el chocolate de tus ojos, ¿cómo puede ser? Te sonrío mientras pienso que nunca llegaré a conocer la magia que recorre tu cuerpo, y cada día aumenta esa avidez de ti y no te imaginas lo mucho que me gusta eso.

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